¡Lo sé! ¡Lo sé! Han pasado casi 6 semanas y aún no había escrito mi crónica, y todos sabemos que una WordCamp no acaba hasta que hablas de ella, ¡pero es que no quiero que acabe! 🙂 Pero bueno, como Juan ya nos está reclutando para la PonteWordCamp 2019 creo que va siendo hora de ir cerrando este capítulo.
Lo primero es decir que aunque he sido coorganizador, tengo que reconocer que el mérito para llevarse esa palabra se lo llevan el resto de mis compañeros, porque han podido trabajar en la misma mucho más tiempo que yo por razones meramente geográficas. Actualmente resido a casi 500km de Pontevedra y por razones obvias era difícil estar en las reuniones, así que Juan rápido supo cuál podría ser mi papel para poder gestionarlo a distancia, y ese era el de los temas audiovisuales, así que recogí gustoso el guante y ya desde febrero empecé a dar vueltas a cómo hacerlo y a ponerme en contacto con gente que me pudiese aclarar cosas.
Pero lejos de soltaros una perorata de cosas técnicas, llamadas, idas y venidas y problemas de última hora, me quedo, como siempre en todas las WordCamps, con las relaciones entre las personas que nos acompañaron.
Empezamos el jueves previo por la mañana preparando todo el asunto del vídeo y las proyecciones para la sala principal, y ya allí se respiraba un buen ambiente genial. Juan tan ocurrente como siempre, aunque visiblemente nervioso, pero nos hizo reír más de una vez. Jorge súper servicial y pendiente de todo, Paula de acá para allá conciliando sus asuntos familiares con la organización, Wajari con su excelente carácter moviendo cajas y cosas de un lado a otro, y qué os voy a decir de José Luís, ¡toda WordCamp debería contar con uno! Con María y Lúa no pude coincidir ese día porque aún no habían podido venir ¡Ah, bueno! Me faltaba mi socio Fer, que no paraba de revisar todo una y otra vez para que saliese perfecto; la atención por todos los detalles es lo suyo.
Pero ya teniendo todo medio terminado aparecieron por allí amigos de otras WordCamps que iban llegando desde media España. Fue una alegría encontrarme con Ibon, que fue el que nos empezó a liar con montar la meetup de Valladolid o ayudar en la de Pontevedra. También me alegró un montón recibir a Jaime Gármar, al que había conocido unas semanas antes en la WordCamp Irun y con quien había tenido muy buen feeling. Además estaba ya en la ciudad Rocío Valdivia y quedamos con ella para ir a comer, con lo cual las buenas conversaciones estaban servidas.
Un ratito para ellos para ir al hotel a descansa-trabajar, a nosotros para terminar de revisar cosas, y nada, recogimos a Jaime y Rocío y para Vigo que nos fuimos a encontrarnos con otro buen puñado de grandes amigos de las WordCamps y conocer (al menos por mi parte) a la comunidad de allí. Grandes Moisés y Carlos, y excelente la charla de Fernando Tellado sobre comunidades online. Otro gran acierto el sitio y el picoteo y el poder recibir también a Moncho de SiteGround y hacernos una foto (que no sé quién tendrá) de varios organizadores de meetups nacionales. Ya se empezaba a palpar el buen ambiente que se crea cuando hay varios WordPresseros reunidos, ¡y era solo el aperitivo para el finde!
Llega el viernes y los nervios empiezan a crecer. Aún tenemos problemas técnicos, el tiempo se va echando encima, pero paramos para ir a recoger a mi amigo Molo Cebrián, que me consta causó sensación entre muchos actuales y futuros podcasteros, y al que también ha sido un privilegio recibir después de haberle conocido hace tan solo 6 meses en la meetup de Valladolid ¡parece que nos conociéramos de toda la vida! Fuimos a lo que quedaba del paseo por la ciudad y a saludar a más y más gente que se iba incorporando.
Como decía, no quiero meterme a comentar los problemas técnicos, que siempre a última hora van causando estragos. Lo más doloroso, para mí, fue que no me permitieron asistir a la meetup que daban Mª José Soto (otra persona encantadora que tuve la suerte de presentar a esta su ya comunidad), Vanesa del Río y mi querido Fernando Puente. Pero bueno, al final pudimos terminar de cablear y preparar todo para el día siguiente y pudimos llegar los primeritos a la cena de ponentes. Encontrarme con tanta gente conocida del circuito de las WordCamps me recordó un poco a mis sensaciones el día antes de mi boda, cuando amigos y familiares llegaban para asistir a algo propiamente mío. Esto ha sido algo parecido, y es que en el fondo formamos una gran familia y ha sido un lujazo recibirles en nuestra PonteWordCamp. Tuve además la oportunidad de cenar junto al gran Tellado, y nos dimos cuenta de que nos conocimos muuuchos años ha, cuando WordPress aún ni existía, en una reunión de frikis de macuarium… ¡qué pequeño es el mundo!
Pero bueno, había que terminar pronto que a la mañana siguiente tocaba diana temprano. Llegó el gran día, y tras los ajustes finales arrancó la WordCamp… Los primeros momentos de nervios por si todo funcionaba bien (por cierto, tela lo mal que sonaban los intercom que usábamos los de la organización :D), pero luego poco a poco se iba asentando todo y mi responsabilidad y de Fer, que era que los dos tracks se grabasen en directo para publicarlos ya al día siguiente en WPTV, iba poco a poco completándose. Durante los descansos y la comida se me acercó gente que me conocía por el curso de vídeo que hice para boluda.com, así que un gustazo saludar a gente que he podido ayudar sin conocer antes 😉
El tema es que uno se va relajando, todo es como un baile, y claro, llega el tropiezo… La mesa en la que realizaba el directo estaba en precario y justo cuando Fernando Tellado arrancaba su charla los micrófonos se empezaron a acoplar y al salir yo disparado para arreglarlo me llevé el ordenador por delante con gran estruendo. Por suerte no sucedió nada, pero el susto fue fino… pudimos haber perdido todas las grabaciones y no digo nada de que se hubiese estropeado el MacBook, que encima es de mi señora y que cedió amablemente a la organización 😀
Una vez terminado el evento, tras la emoción de subir al estrado con todos mis otros compañeros coorganizadores y voluntarios, llegó el relax con el ‘evento’ pulpeira que tan bien se curró Jorge. La verdad es que se agradeció un montón, y luego cena con grandes amigos y copas de after party en la que pude seguir conociendo muy buena gente.
Y nada, nuevo madrugón el domingo para llegar al contributor, que pintaba genial, aunque reconozco que me bajó todo el estrés de días anteriores y una vez dejé los vídeos en la mesa de WPTV capitaneada por Mau estuve por ahí ‘vagueando’ hablando con unos y con otros y ayudando a alguna que otra persona que tenía dudas de vídeo, y no me llegué a implicar demasiado en las mesas. Comida tradicional de pizzas y despedida corriendo, sin ayudar a recoger, con la ‘excusa’ (¡cierta!) de que a Molo, Mau y a mi nos salía el tren para la meseta a las 15.30. Mi idea era descansar en el tren, pero al final hicimos networking del bueno los tres en el vagón cafetería y confieso que me costó un par de días recuperarme de tantas buenas sensaciones de esta enorme PonteWordCamp en todos los sentidos.
Resumen: Lo mejor de una WordCamp es siempre la gente, la que ya has conocido en otras, la que conoces un poco más gracias a circunstancias como comidas o cenas sentados cerca, y la que conoces en ese momento y atesoras para nuevas ocasiones. Deseando que llegue la siguiente para hacer las cosas mejor y conseguir llegar a más gente con este buen rollo que siempre supone una WordCamp. ¡Hasta la próxima amigos! ¡Y gracias por la paciencia, Juan! 😉
Excelente resumen Julio, yo también me quedo con lo bueno de conocer gente y reencontrarse con los amigos. Ha sido un placer volver a charlar contigo como en anteriores WordCamps y nos volvemos a ver en la próxima WordCamp. Un gran abrazo Julio.
Gran resumen hecho con el corazón. Es cierto que lo mejor de las WordCamps son las personas y la WordCamp Pontevedra estaba lleno de grandes personas. Que siga así por muchos años. (No sé quién tiene la foto, no era mi móvil)
¡Gracias Carlos y Mon! Yo me reafirmo en lo dicho, la gente que no conoce lo que hay detrás de la comunidad WordPress y de las WordCamp no sabe lo que se pierde a nivel humano. Solo cuando demos más importancia a la gente que hay allí y no a las posibles charlas de las que aprender, es cuando sacaremos el mayor partido a un evento así.
Seguimos por el ciberespacio mientras no quede otra WordCamp a la vista, jeje. Un abrazo y hasta muy pronto!