Yo era un chico tímido, confinado en mi reducido cuartito, con la única luz del monitor, un ratón con un puntito luminoso y mi teléfono vibrando por cada notificación.
La luz del día no era mi amiga, el blanco de mi piel se fusionaba con mi camiseta blanca favorita de Naranjito.
Todo ruido que no saliera de los cascos, conectados a mi equipo por un “cordón umbilical” con terminación jack, eran sonidos extraños para mí.
Y un día, navegando entre código, redes y demás desperdicios binarios, me encontré con un hashtag: #PonteWordCamp. Mis ojos hicieron el esfuerzo de leer y mi mente el proceso de pensar… Y sí, me dije que era el día, el día de salir de la rutina y experimentar lo que podría pasar:
«Me acerco a la WordCamp, que está al ladito. ¿Qué voy a perder? Total somos 3 o 4 los que hacemos esto»
Pues así fue. Puse un pie delante de otro, mis gafas, mi protección solar 50 triple plus, mi portátil y mi plan estratégicamente diseñado:
«Entro, saludo y me las piro…»
¡No me lo podía creer! Pero ¿dónde me había metido? Tipiñ@s en la entrada repartiendo acreditaciones y camisetas, cafeína por doquier, gente intentando hablar conmigo, charlas y preguntas, comida y cerveza, buen rollo y gente que hablaba como yo… ¿Y querían que volviera al día siguiente? ¡Estos estaban locos! Me retiré dignamente para casa, convulsionando por el shock.
Esa noche no conseguí dormir: mil vueltas a cientos de estímulos y la panza llena.
Aún de noche, saqué de reposo a mi equipo… la primera vez que lo dejaba solo 12 horas. Pero seguía dándole vueltas a mi cabeza, no me concentraba y solo pensaba en dos palabras: “Contributor Day”. ¡Sonaba como una peli de terror!
No pude evitarlo. Esta vez sí iría megapreparado. Mi plan sería infalible:
«Entro, sonrío, saludo y me las piro…»
Y así empezó todo… Hoy escribo de camino a otra WordCamp y solo puedo decir que…
«me encanta que los planes NO salgan bien»
Moraleja: seas como este chic@ o todo lo contrario, pon una WordCamp en tu vida porque nunca sabrás lo que te estás perdiendo hasta que vayas a una.
¡Gracias a tod@s por hacer de la WordCamp Pontevedra unos días inolvidables!